lunes, 26 de mayo de 2008

Comienzan citas técnicas de la Cumbre sobre Cambio Climático

Las comisiones técnicas de la Cumbre sobre Cambio Climático y Medio Ambiente en Centroamérica y el Caribe, que se celebrará en Honduras el próximo miércoles, comenzaron hoy a revisar la agenda del encuentro.

Las comisiones técnicas revisaron y analizaron los fundamentos de la estrategia regional de cambio climático y conocieron la evolución del informe "La Economía del Cambio Climático en Centroamérica" a partir de un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), indicó un portavoz a la prensa.

También analizaron la Estrategia Regional Agroambiental y de Salud para Centroamérica y los impactos del Cambio Climático en los Sistemas MarinoCosteros, entre otros temas.

Los diferentes grupos de trabajo afinaron la agenda de las reuniones que tendrán mañana los ministros de Relaciones Exteriores y de Ambiente, en las que se pulirán detalles sobre la declaración que suscribirán los presidentes de Centroamérica, México y primeros ministros de los 15 países de la Comunidad de Estados del Caribe (Caricom), dijo la fuente, sin dar más detalles.

El titular de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Marco Burgos, indicó, por su lado, que entre los temas que serán analizados mañana por los ministros de Exteriores y Ambiente figura la vulnerabilidad de los países centroamericanos y caribeños.

Agregó que en el caso de Honduras es un país que quedó más vulnerable luego del paso devastador del huracán Mitch, a finales de 1998.

Para mañana está previsto que sea aprobada la agenda de trabajo, se conocerán varios informes y se hará una presentación de tecnología satelital para la Estrategia de Cambio Climático.

La cumbre, que se celebrará en San Pedro Sula, norte de Honduras, fue convocada por la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), que incluyó a los países del Caribe en virtud de los compromisos adquiridos en la II cumbre que ambas regiones celebraron en mayo de 2007 en Belice, según un portavoz de la Secretaria de Ambiente de Honduras.

Una fuente de la embajada de Japón indicó, por otra parte, que ese país tendrá una representación en la cumbre con una iniciativa sobre el Cambio Climático y de Mecanismo de apoyo financiero para Centroamérica y el Caribe, que se sumará a una propuesta de México orientada a crear un fondo para prevención de desastres.

A la cumbre asistirán los presidentes de Centroamérica (a excepción del de Costa Rica, Óscar Arias) y México, Felipe Calderón y los 15 primeros ministros de los países de la Caricom, dijeron fuentes oficiales. Fuente. La Tercera.

lunes, 19 de mayo de 2008

Se agudiza contaminación


Deterioro Lago de Atitlán recibe al año miles de metros cúbicos de aguas servidas y desperdicios sólidos.

Por édgar rené sáenz. Sololá

La belleza del Lago de Atitlán se ve empañada con la llegada constante de aguas servidas y basura que producen las comunidades que se hallan a su alrededor.

Marvin Romero Santizo, encargado del Departamento de Aguas y Recursos Naturales de la municipalidad local, mencionó que la subcuenca del río Quiscap, que tiene su desembocadura en el Lago de Atitlán, es una de las más pobladas de Guatemala con 78 mil 472 personas, cuyo 84 por ciento vive en el área rural.

Este porcentaje produce al año cerca de 25 mil toneladas métricas de desperdicios sólidos y dos millones de metros cúbicos de aguas residuales, de las que el 80 por ciento corren a flor de tierra, y el 20 por ciento, por sistemas de drenaje.

Después de considerar la fisiografía de la cuenca, las vertientes y la cobertura forestal, así como la red hidrológica de la subcuenca del afluente Quiscap, se considera que por año casi 190 toneladas métricas de basura ingresan en el espejo lacustre por medio de dicho río, así como más de 287 mil metros cúbicos de aguas residuales.

Investigaciones de Santizo, efectuadas a principios de este año, indican que en las comunidades rurales, asentadas en la subcuenca del río Quiscap, nueve de cada 10 viviendas no cuentan con ningún sistema para manejar y tratar adecuadamente las aguas residuales, lo que afecta significativamente la salud de las personas y las aguas del Lago de Atitlán, con su implacable contaminación.

Víctor Arriaza, director de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Atitlán explicó que estudios elaborados por esa institución registran que el lago recibe mil 719.15 toneladas métricas de basura al año, equivalente al 3.10 del total que se produce dentro de la cuenca.

Agregó que de estas toneladas, mil 356.75 son de basura orgánica, y las restantes 362.40 son de basura inorgánica, cuyos volúmenes suben en la misma proporción en que se incrementa la población.

Arriaza destacó que el impacto negativo de los desechos sólidos en las aguas es la destrucción de los nichos ecológicos acuáticos (peces, crustáceos y aves), entre otros.

José Lavarreda, de la Comisión de Desarrollo Sostenible del Consejo de Desarrollo Urbano y Rural Departamental, refirió que el agua del área central del lago, a una profundidad de 10 metros, es apta para el consumo humano.

Apoyo

Argumentó que lo anterior es debido a que el volumen de agua que tiene el lago es mucho mayor que la contaminación que ingresa. “No debemos esperar que suceda lo contrario, por eso es necesaria la participación de todas las instituciones, pero especialmente del sector educativo, a fin de formar una sociedad ecológicamente bien cimentada”.

Plantas de tratamiento

Luego de la tormenta Stan, se agudizó el problema de contaminación en los ríos San Francisco y Quiscap, porque destruyó las plantas de tratamiento de aguas servidas de Panajachel y la de Santa Cruz La Laguna.

Pide cuidar lago

Gerardo Higuero Miranda, alcalde de Panajachel, manifestó: “Todos debemos cuidar nuestro lago. El Concejo ha priorizado los proyectos de medioambiente y salubridad, por lo que el más contundente es el que se refiere a la construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales, la cual evitará el problema actual”.

El funcionario detalló que 10 de los 15 municipios, que se encuentran dentro de la cuenca del Lago de Atitlán, descargan sus aguas residuales directamente en el lago, ya sea por sistema de drenaje o escurrimiento superficial, sin ningún tratamiento previo.

Expresó que, según un estudio, se calcula que cerca de 373 mujeres lavan ropa, para lo que utilizan las playas del lago diariamente, y como resultado de esto sus aguas reciben 11 mil 294.14 kilogramos de jabón en polvo (detergente) al año.

Explicó que también se ha podido comprobar que la contaminación por fósforo degrada en forma acelerada el agua del lago, principalmente de aquellas zonas con poca circulación, como las bahías de San Lucas Tolimán y Santiago Atitlán. FUENTE. Prensa Libre.



lunes, 5 de mayo de 2008

Cambio climático podría limitar cosecha de granos

Los efectos de la variabilidad del clima son analizados en dos posibles escenarios por la Unidad de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Re cursos Naturales (MARN), los cuales fueron creados mediante un modelo de simulación matemático, cuyos resultados prevén que podría darse una baja en la producción de granos, como maíz y frijol, principalmente.
El escenario optimista plantea que un impacto en la agricultura se prevé moderado debido a que el clima se estima en un período húmedo amplio.
El pesimista pronostica un período seco amplio en el que la producción de maíz puede disminuir hasta un 34% en la región de los valles de Asunción Mita, Jutiapa, y Monjas, Jalapa.
El estudio se enfoca en las principales regiones de cultivo de granos básicos, las cuales fueron divididas en siete zonas ubicadas en el sur occidente, sur oriente, occidente, valles de Sa lamá, tierras bajas de la cuenca del río Polochic, parte del altiplano y el departamento de Gua temala (lea: Impacto en la producción).
Los granos básicos considerados de mayor vulnerabilidad al clima en el país son maíz, frijol, sorgo y trigo, siendo los cultivos más importantes por ser parte de la dieta diaria de la mayoría de la población, el maíz y el frijol. “En el escenario crítico el estudio refleja un 66% de baja producción de frijol en Asunción Mita, Jutiapa y en Monjas, Jalapa, la cual se constituiría en la región más afectada. Mientras que en la cuenca del Polochic se prevé un 27% de menor producción en arroz y 17% de maíz”, comenta Claudio Castañón, experto de la Unidad de Cambio Climático.
Explica que los escenarios fueron proyectados con información de aspectos geográficos y climáticos, como niveles de temperatura, precipitación y evaporización, así como con cifras de producción anual por cada tipo de grano. En su realización participaron expertos del MARN, Ministerio de Agri cultura Gana dería y Alimen tación (MAGA) y el Instituto Nacional de Sismo logía, Vulca no logía, Meteoro logía e Hidro logía (Insivumeh).
Marcia Guerra, portavoz de la Coordinadora Nacional de Granos Básicos (Conagrab), in dica que ya se han registrado pérdidas de cosecha de maíz a consecuencia de la variabilidad del clima en varias áreas del país.
Para tratar el impacto y las proyecciones que el cambio climático tendría en la región, expertos del Istmo analizan y trabajan en el planteamiento de propuestas que se generen durante el Encuentro Regional: La Sociedad Civil Centroa mericana frente al cambio climático, que se realiza en el país.
Fuente. Siglo XXI





Alerta en los hielos polares

Los Polos son las zonas más afectadas por el aumento global de las temperaturas; Del comportamiento de las masas de hielo en ellos depende gran parte del futuro del clima mundial.
Cada año, miles de científicos emprenden una aventura fuera de lo común: enfrentando un clima hostil, condiciones de vida espartanas y el alejamiento de sus familias, salen a conquistar los polos de la Tierra.
En la actualidad, instaladas en los territorios inhóspitos de la Antártida y del Ártico, existen nada menos que 68 bases científicas procedentes de unos 30 países. Los nuevos exploradores que las mantienen han desplegado logísticas costosas y llevado consigo toneladas de instrumentos y materiales para cumplir con una gran misión: descubrir cuál será el futuro de la Tierra. Y es que la urgencia climática es una realidad.
El calentamiento global ya está azotando a nuestro planeta y sus efectos irán en aumento conforme vayan pasando los años en este siglo. Los polos son las zonas más afectadas por el aumento global de las temperaturas y del comportamiento de los hielos polares depende gran parte del futuro del clima mundial.
Los signos de que algo anda mal en la gran maquinaria climática mundial son absolutamente inequívocos. Basta con re­cordar el desprendimiento de un gigantesco fragmento po­lar de 569 km cuadrados, una superficie equivalente a casi 5 veces el lago de Atitlán, que ocurrió este año en la Antártida, continente situado en el Polo Sur.
El hecho, revelado a finales de marzo por los científicos del Centro Nacional de la Nieve y el Hielo de la Universidad de Colorado (NSIDC), se suma a la desintegración de otra plataforma helada de 3,850 km2 ocurrida en el año 2002, en esa misma zona.

Fríos, pero distintos
La desintegración de estos enormes bloques de hielo ha alarmado al conjunto de la comunidad científica que se da cuenta que el deshielo en las zonas polares es mucho más rápido de lo que se tenía previsto. Incluso la Antártida, que se consideraba como en situación relativamente estable, está siendo muy afectada, al menos en sus costas.
No olvidemos la importancia de este continente; cubierto por una capa de hielo de hasta 4 mil metros de espesor, este casquete polar contiene el 80% de las reservas de agua dulce del planeta. Si todo este hielo se derritiera, el nivel de los océanos subiría de 60 a 80 metros. Sin embargo, y a pesar de esos desprendimientos de bloques de hielo, la situación del Polo Sur no es la que más preocupa a los científicos.
Es el futuro del Polo Norte el que cada año se pinta más sombrío. Allí también, enormes bloques de hielo se desprenden de las costas de Groenlandia y del Norte de Canadá para convertirse en icebergs. Pero la velocidad a la que los glaciares del Ártico retroceden es mucho mayor que en el Sur. “El Polo Norte y el Polo Sur son muy diferentes entre sí: el Polo Sur es un inmenso continente, la Antártida, cuyo casquete polar constituye una gigantesca reserva de frío. En cambio, el Polo Norte está constituido por un océano, el Océano Glacial Ártico, recubierto en gran parte de su superficie por una fina capa de hielo de unos cuantos metros de espesor,” recuerda Frédérique Remy, investigadora del LEGOS (Laboratoire de Géologie et Océanographie Spatiales), un laboratorio científico ubicado en Toulouse, Francia.
Alrededor de ese océano están Canadá, Siberia, Groen­lan­dia y el Norte de Europa, pero sólo Groenlandia tiene un casquete polar de grandes proporciones: este contiene 10% de las reservas mundiales de agua dulce. El Polo Norte es por consiguiente bastante más caliente que el Polo Sur y, por lo tanto, más amenazado por el calentamiento global.

Daños a la vista
Muchos científicos temen que el casquete polar de Groen­lan­dia se desestabilice y que esta gran isla perteneciente a Di­namarca pierda la mayor parte de su hielo. Esto tendría graves consecuencias sobre el nivel del mar, el cual podría subir hasta nueve metros, pero sobre todo, esto podría afectar las corrientes marinas. En efecto, un exceso de agua dulce en el mar proveniente del deshielo de esos glaciares modificaría la densidad de las aguas del Atlántico Norte, y esto podría provocar una disminución importante en la velocidad del Gulf Stream, una corriente marina que rodea al océano Atlántico. Esto podría traer graves consecuencias sobre el clima global, ya que su efecto regulador es esencial: esta corriente asegura temperaturas relativamente cálidas a Europa e impide que Centro­amé­rica, México y las Antillas sean más áridas.
Las consecuencias del cambio climático son aún más espectaculares en otras regiones polares que los investigadores también tienen bajo la lupa. Estas zonas se encuentran en Siberia, Alaska y el Norte de Canadá. Allí, los paisajes están cambiando a una velocidad que unos años antes hubiera parecido imposible. El permafrost, es decir, el suelo permanentemente congelado que cubre extensos territorios nórdicos, se está descongelando progresivamente. Este ocupa por ahora un total de 10 millones de km2, de los cuales 2 millones ya se han visto afectados por el aumento de las temperaturas.
“Cuando el permafrost se descongela, los paisajes cambian profundamente, pues cantidades masivas de agua son liberadas, convirtiendo praderas y bosques en pantanos y lagos,” explica Marie-Françoise André, investigadora del La­bo­ratorio de geografía física y am­biental, GEOLAB, ubicado en Clermont-Ferrand, Francia. “En Canadá se ven montes cuyo interior está compuesto de hielo, derretirse literalmente dejando paso a una laguna”, agrega André.
En las costas de Siberia, la situación también es grave. Allí existen acantilados cuya base está compuesta por materiales blandos mantenidos por hielo. Con la subida del nivel del mar, el hielo que sostenía toda la estructura se derrite, hasta que el acantilado entero se desploma en el mar.
Alrededor del Estrecho de Bering, la costa retrocede a un ritmo de hasta 40 metros por año, y las poblaciones humanas asentadas en esa zona han tenido que desplazarse. En el Océano Glacial Ártico, se han visto islas enteras desaparecer a causa de este fenómeno.
Pero más allá de estas impresionantes modificaciones del paisaje, el retroceso del permafrost puede traer consecuencias muy graves para todo el planeta, por ejemplo, los pantanos y lagos que se forman en las regiones cuyos suelos eran anteriormente sólidos, empiezan a emitir grandes cantidades de metano y dióxido de carbono, gases de invernadero responsables del calentamiento global.

Un reflector de luz solar
Lo que sucede con el permafrost ilustra perfectamente por qué el futuro del clima del planeta depende en gran parte de los polos. Los procesos que están afectando a estas dos regiones son a la vez efecto y causa del calentamiento global. El aumento de la temperatura derrite el permafrost y las re­gio­nes que recubría empiezan a emitir gases de invernadero, que a su vez contribuyen al aumento de las temperaturas.
Existe otro ejemplo, aún más importante, de acción recíproca entre el clima y las regiones polares. Se trata de la banquisa o hielo marino, la cual recubre gran parte del Océano Glacial Ártico. Hoy en día, durante el invierno, 14 millones de km2 de este océano están cubiertos por una capa de hielo. En verano, esta superficie se reduce a la mitad.
El papel de la banquisa sobre el clima es esencial, por dos razones. Por una parte, esta capa de hielo constituye un excelente aislante que reduce los intercambios de calor entre el océano y la atmósfera. Pero sobre todo, esta superficie perfectamente blanca refleja hasta 90% de la luz solar que recibe. Esa energía solar es reemitida inmediatamente hacia el espacio.
¿Qué pasa si la banquisa desaparece? Exactamente lo mismo que cuando, en pleno sol, uno va vestido de negro en vez de ir de blanco. La luz solar es absorbida por el océano, que es oscuro, y convertida en calor que obviamente acentúa el cambio climático. Por eso es indispensable saber cuál será el comportamiento de la banquisa frente a este calentamiento. Para ello, una misión científica europea partió hacia el océano ártico antes del invierno de 2006. Se trata de la misión Damocles, que dispuso, entre otros equipos, de un velero diseñado para resistir a la presión del hielo, el Tara.
El Tara, a bordo del cual se encontraban varios científicos e ingenieros, se dejó atrapar por el hielo de la banquisa y durante un largo invierno de ocho meses pudo hacer toda clase de medidas sobre el agua, la atmósfera, el espesor de la capa de hielo proporcionando a los climatólogos datos confiables sobre el estado real de los hielos marinos. La ambientalista guatemalteca Vida Amor de Paz, pudo embarcarse unas semanas a bordo del Tara durante su visita al Polo Norte.
Los resultados de los que se dispone acerca de los hielos marinos son preocupantes. Según Frédérique Rémy, “los hielos marinos han perdido desde el año 1977, de 10% a 15% de su superficie. Se estima que alrededor del 30% del aumento de las temperaturas a nivel global se debe a esta pérdida. Según los científicos, en los próximos treinta años, toda la banquisa que recubre el Océano Glacial Ártico en verano habrá desaparecido. Y esto empeorará aún más el panorama climático.

¿Y en Guatemala?
Vemos el porqué la investigación es tan activa en las regiones polares. Las transformaciones que están sufriendo estos territorios no sólo son un síntoma más del cambio cli-mático, éstas también son en gran parte responsables del desequilibrio que nos está afectando. Lo que sucede en Groenlandia o en Siberia aca­ba teniendo repercusiones graves en Guatemala. Y, a la vez, los bosques que se pierdan en Guatemala afectarán tarde o temprano, no sólo a los guatemaltecos, sino también a los habitantes de otras regiones del planeta.
El planeta es una sola gigantesca maquinaria climática de la que todos dependemos. Los climatólogos tienen claro que si las temperaturas siguen subiendo como lo han hecho hasta ahora, Mesoamérica se verá amenazada por fre-cuentes se­quías, alternando con episodios de lluvias intensas y destructoras, así como huracanes más potentes. Si el conjunto de los países, especialmente los países desarrollados, no se ponen de acuerdo para reducir sus emisiones de carbono, el cambio climático traerá consecuencias nefastas a todos los habitantes del globo.

LOS INUIT, TESTIGOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Desde hace unos 10 mil años, las regiones que rodean el Polo Norte han sido colonizadas por los Inuit, conocidos también como esquimales.
A lo largo del siglo XX, han pasado de un modo de vida tradicional a un estilo de vida moderno. La mayoría de las 140 mil personas que constituyen el pueblo Inuit viven ahora de forma sedentaria, tienen acceso a los servicios que brinda una economía moderna y, al menos los que viven en Canadá y Groenlandia, tienen la responsabilidad política de inmensos territorios. Sin embargo, muchos de ellos luchan por mantener sus tradiciones, sus ritos y su idioma.
Pero una nueva amenaza se cierne sobre los Inuit: ellos son el pueblo más directamente afectado por los estragos del cambio climático. Por ejemplo, las perturbaciones en las estaciones del año desorientan y amenazan a los animales salvajes, focas, morsas y osos polares, que siguen constituyendo una de sus mayores fuentes de su alimento.
Además, las capas de hielo que recubren los lagos o el mar son cada vez más frágiles, y se rompen muy fácilmente bajo el peso de los trineos o de las motos de nieve que utilizan para desplazarse.
Otro problema es el paso por las zonas en las que el permafrost se ha derretido. Éstas se han convertido en pantanos intransitables durante todo el verano. El modo de vida tradicional de los Inuit, que hasta hoy había conseguido mantenerse, ahora se ve amenazado gravemente por el calentamiento global, el cual está transformando totalmente el entorno en el que se desarrolló su cultura.

EL ARCHIVO DEL CLIMA
Los científicos lo saben perfectamente: para prever el futuro es necesario tener un conocimiento profundo de la historia. De esta manera, para anticipar lo que va a pasar con el clima durante este siglo, hay que investigar cuáles han sido sus transformaciones a través de los milenarios. Para esto, los científicos disponen de un au­téntico archivo histórico enterrado en el hielo de los polos.
Los casquetes polares de la Antártida y de Groenlandia re­presentan una cronología ex­traordinariamente precisa de todos los eventos climáticos que han tenido lugar en el último millón de años. Pero acceder a esta información no es asunto fácil: los investigadores han tenido que perforar profundos agujeros en el casquete polar y así obtener muestras de hielos de diferentes periodos.
El proyecto más ambicioso es uno europeo, EPICA (European Project for Ice Coring in An­tar­tica). Se trata de un agujero de 3 kilómetros de profundidad que permitió obtener muestras de hielo de hasta un millón de años de antigüedad. “El hielo que obtuvimos de esta perforación contiene pequeñas burbujas de aire que son muestras de las diferentes atmósferas que ha tenido nuestro planeta a través de la historia. Gracias a estas burbujas, podemos medir la temperatura media de la tierra y la con­cen­tración de ga­ses de in­ver­na­dero,” explica Do­mini­que Ray­naud, investigador del LGGE (Laboratoire de gla­ciologie et géophysique de l’en­viron­ne­ment), basado en Grenoble, Francia.
Las conclusiones previas de es­te ambicioso proyecto son apasionantes. Nunca antes, du­rante el último millón de años, la concentración de dióxido de carbono (CO2) y de metano ha­bían sido tan elevadas. Los ni­veles de CO2 atmosféricos son 27% superiores a los del resto de la historia, y los de metano (gas producido por la agricultura y la ganadería), son 230% su­periores. Además, según el mismo estudio, la correlación en­tre la concentración de gases de invernadero y la temperatura global nunca ha sido desmentida durante ese periodo de tiempo. Estos datos prometen un cambio climático de una amplitud sin precedentes en la historia.

Según los cien­tíficos, en los próximos 30 años, toda la banquisa que recubre el Océano Glacial Ártico en verano habrá desaparecido. Y esto empeorará aún más el panorama climático.

Nunca antes, durante el último millón de años, la concentración de dióxido de carbono y de metano habían sido tan elevadas.

Por: *Sebastián Escalón es periodista y biólogo francés

Urge calidad de agua

Huehuetenango.

Por la contaminación del agua, se han atendido clínicamente cada año entre 30 y 40 mil pacientes que presentan casos de diarrea, informó Herbert Ralda, epidemiólogo del Área de Salud de ese departamento.

Agregó que después de las infecciones respiratorias, este es el problema más común que enfrenta la población.

Mencionó que la muerte por estos padecimientos es un parámetro para medir cómo está la situación ambiental. “Se deben emprender acciones inmediatas”, afirmó.

Rafael Gutiérrez, de Saneamiento Ambiental del Área de Salud, indicó que la mayoría de municipalidades no clora el vital líquido, y las que lo hacen no tienen métodos adecuados.

Herman Ochoa, del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, expuso que no hay municipio que brinde agua de calidad para el consumo humano.

“Deberíamos darle el valor real desde el momento en que empieza el almacenamiento, a través de una recarga hídrica hasta el último uso”, opinó el funcionario.

Bal María Gutiérrez, representante de la Red Departamental de Agua, manifestó que otro factor que influye en el deterioro ambiental, y por ende en las dolencias físicas, es la extrema pobreza en que vive la población, principalmente rural.

Destacó que lo anterior es producto, en buen porcentaje, de la falta de drenajes, letrinas, campañas de limpieza y cuidado de los recursos naturales.

Por eso, fue presentado el Plan de Servicios Públicos de Agua Potable y Saneamiento 2008-2012, en un hotel de ese departamento, elaborado por varias instituciones nacionales e internacionales.

El plan contiene programas como ampliación de cobertura; mejoramiento del acceso de la población a servicios públicos de agua; rehabilitación y reconstrucción de sistemas que ya están colapsados; desarrollo de un plan de vigilancia, monitoreo y mejoramiento de la calidad del vital elemento, entre muchos otros.

FUENTE. PRENSA LIBRE